A medida que el día avanza, a la esquina de Corrientes y Montevideo, empiezan a llegar las palomas. Suponía que se refugiaban allí por el frio pero... Un día descubrí el secreto!
Una de los mozos del barrio sale, cada tarde, con una caja llena de migas de pan. Apenas lo ven, ellas se lanzan en picada sobre la vereda y no paran hasta liquidar hasta la última miguita.
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